Directorio para la catequesis, 21
La fe es ciertamente un acto personal y, sin embargo, no es una elección individual y privada, tiene un carácter relacional y comunitario. El cristiano nace del seno materno de la Iglesia. Su fe es una participación en la fe eclesial que siempre le precede. En efecto, su acto personal de fe es una respuesta a la memoria viva de un acontecimiento que la Iglesia le ha transmitido. Por tanto, el discípulo de Cristo accede a la fe, la mantiene y la transmite solo en la comunión de la fe eclesial, donde el «creo» del Bautismo se combina con el «creemos» de toda la Iglesia. De este modo, cada creyente se une a la comunidad de discípulos y hace suya la fe de la Iglesia; con la Iglesia, pueblo de Dios que camina en la historia y sacramento universal de la salvación, comparte su misión.