Directorio para la catequesis, 125
En el proceso de la iniciación a la vida cristiana, la Iglesia nos invita a repensar la identidad y la misión del padrino y de la madrina, como apoyo al compromiso educativo de los padres. Su tarea es la de mostrar familiarmente al catecúmeno el uso del Evangelio en la vida propia y en el trato con la sociedad, ayudarle en las dudas y ansiedades, y darle testimonio y velar por el incremento de su vida bautismal (RICA, n. 43). A menudo, la elección de los padrinos no está motivada por la fe, sino que se basa en costumbres familiares o sociales. Esto ha contribuido en gran medida al debilitamiento de estas figuras educativas. Dada la responsabilidad que conlleva esta tarea, la comunidad cristiana debe proponer, con discernimiento y espíritu creativo, itinerarios de catequesis a los padrinos, que les ayuden a redescubrir el don de la fe y la pertenencia eclesial.