Directorio para la catequesis, 140
Es en este nivel de interioridad donde germina el saber estar con, en cuanto habilidad natural necesaria para la catequesis entendida como un acto educativo y comunicativo. En la relacionalidad, que es inherente a la esencia misma de la persona (cf. Gén 2, 18), es donde hay que situar, de hecho, la comunión eclesial. La formación de los catequistas se esmera en descubrir y hacer crecer esta capacidad relacional, que se manifiesta en la disposición a vivir las relaciones humanas y eclesiales de manera fraterna y serena.