Directorio para la catequesis, 137

Las dimensiones de la formación de los catequistas no deben considerarse independientes entre sí; al contrario, están profundamente relacionadas, como aspectos de la unidad indivisible de la persona. Para que exista un crecimiento armónico de la persona del catequista, la formación debe estar atenta a no acentuar una dimensión en detrimento de otras, más bien buscará un desarrollo equilibrado apoyando con más fuerza los aspectos donde haya mayor necesidad.

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