Directorio para la catequesis, 20
La fe implica una profunda transformación existencial llevada a cabo por el Espíritu Santo, una metanoia que «se manifiesta en todos los niveles de la existencia del cristiano: en su vida interior de adoración y acogida de la voluntad divina; en su participación activa en la misión de la Iglesia; en su vida matrimonial y familiar; en el ejercicio de la vida profesional; en el desempeño de las actividades económicas y sociales». El creyente, al aceptar el don de la fe, «es transformado en una creatura nueva, recibe un nuevo ser, un ser filial que le hace hijo en el Hijo».