Directorio para la catequesis, 252
Ante todo, la pastoral juvenil de la Iglesia será, por tanto, animación de índole humanizadora y misionera, capaz de reconocer en la experiencia humana los signos del amor y de la llamada de Dios. A la luz de la fe, encuentran su auténtico sentido la búsqueda de la verdad y de la libertad, el deseo de amar y ser amado, las aspiraciones personales y el compromiso apasionado por los otros y por el mundo. Ayudando a los jóvenes a descubrir, elaborar y vivir su proyecto de vida según Dios, la pastoral juvenil sabrá asumir nuevos estilos y estrategias. Se necesita «adquirir otra flexibilidad, y convocar a los jóvenes a eventos, a acontecimientos que cada tanto les ofrezcan un lugar donde no solo reciban una formación, sino que también les permitan compartir la vida, celebrar, cantar, escuchar testimonios reales y experimentar el encuentro comunitario con el Dios vivo» (ChV, n. 204). También la catequesis con jóvenes, habrá de ser redefinirá según las características de este estilo pastoral.