Directorio para la catequesis, 345
La catequesis, sobre todo en contextos donde son más visibles las divisiones entre los cristianos, se encargará de: a. afirmar que la división es una grave herida que contradice la voluntad del Señor, y que los católicos están invitados a participar activamente en el movimiento ecuménico, sobre todo a través de la oración (cf. UR 1 y 8); b. exponer con claridad y caridad la doctrina de la fe católica «respetando especialmente el orden y la jerarquía de las verdades (cf. UR 11) y evitando las expresiones o formas de exponer la doctrina que obstaculizarían el diálogo»; c. presentar correctamente la enseñanza de las otras Iglesias y comunidades eclesiales, mostrando lo que une a los cristianos y explicando, incluso con breves notas históricas, lo que los divide. Además, la catequesis, por su valor educativo, tiene la tarea de suscitar en los que son catequizados el deseo de unidad, ayudándoles a vivir el contacto con personas de otras confesiones, cultivando la propia identidad católica en el respeto hacia la fe de los demás.