¿Sabías que la obra de San Agustín titulada “De catechizandis rudibus” es considerado el primer tratado de metodología catequética? Datada por el 399-404 es definida como una “carta a los catequistas”. En verdad, no se trata de una carta pura y simple dirigida a su amigo el diácono Deogratias, sino de algo mucho más amplio, sistemático y universal. Está destinada a aquellos que tuvieran el ministerio de iniciar a la fe a cuantos pedían ser instruidos en la doctrina cristiana y que encontraban algún problema o dificultad en el “hacer catequesis”. San Agustín se dedica a ella como un deber que deriva de su propio ministerio al servicio de la Palabra de Dios. El obispo Agustín ya ha alcanzado una elevada madurez de pensamiento y escribe esta reflexión sobre el acto de enseñar y el proceso de aprendizaje. Dividido en dos partes: en la primera, de carácter pedagógico y de formación catequética presenta unas normas a seguir y unos defectos a evitar en los encuentros catequísticos; en la segunda parte presenta dos ejemplos prácticos de catequesis.